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Todo sobre el despido por causas objetivas: concepto y procedimiento

¿Qué es un despido por causas objetivas?

Un despido por causas objetivas es una forma de terminación del contrato de trabajo en la que el empleador resuelve la relación laboral con el empleado debido a motivos relacionados con la actividad empresarial, como la falta de adaptación del trabajador a las modificaciones técnicas, económicas, organizativas o de producción.

Este tipo de despido se encuentra regulado en el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores en España, y se diferencia del despido disciplinario en que no implica una conducta negligente o incumplimiento grave por parte del trabajador, sino que se basa en motivos externos a su persona.

¿Cuándo se puede llevar a cabo un despido por causas objetivas?

Según el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores, el despido por causas objetivas puede producirse en los siguientes supuestos:

1. Cuando el trabajador no se adapta a las modificaciones técnicas introducidas en su puesto de trabajo.

2. Cuando el trabajador no se adapta a las modificaciones económicas, organizativas o de producción.

3. Cuando existen faltas de asistencia al trabajo, aún justificadas pero intermitentes, que alcancen el 20 % de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos, o el 25 % en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de 12 meses.

4. Cuando el trabajador rechace la modificación sustancial de sus condiciones de trabajo por causas justificadas.

Procedimiento para llevar a cabo un despido por causas objetivas

Para llevar a cabo un despido por causas objetivas, el empleador debe seguir un procedimiento establecido por la ley, que incluye la notificación al trabajador afectado con una antelación mínima de 15 días antes de la fecha de efectos del despido. Además, debe poner a disposición del trabajador una indemnización por valor de 20 días de salario por año de servicio, con un máximo de 12 mensualidades.

El trabajador despedido tiene derecho a impugnar el despido y solicitar su readmisión en el plazo de 20 días hábiles desde la notificación del despido, alegando si considera que el mismo es improcedente. En caso de que el Juzgado de lo Social determine que el despido es improcedente, el empleador deberá optar entre readmitir al trabajador o abonarle una indemnización por despido improcedente.

Consecuencias del despido por causas objetivas

El despido por causas objetivas tiene consecuencias tanto para el empleador como para el trabajador. Por un lado, el empleador puede despedir al trabajador por motivos objetivos y evitar el pago de una indemnización por despido improcedente. Por otro lado, el trabajador afectado tiene derecho a recibir una indemnización por despido objetivo, que aunque menor que la del despido improcedente, le permitirá contar con una compensación económica.

Además, el despido por causas objetivas puede tener repercusiones en el ámbito laboral y personal del trabajador, ya que supone la pérdida de su puesto de trabajo y la necesidad de buscar una nueva ocupación. Por tanto, el trabajador puede experimentar situaciones de estrés, incertidumbre y ansiedad a raíz de esta situación.

¿Cuándo un despido por causas objetivas se considera improcedente?

Un despido por causas objetivas se considera improcedente cuando el empleador no cumple con los requisitos formales establecidos en la ley para llevarlo a cabo, como por ejemplo la falta de preaviso o la ausencia de la indemnización correspondiente. También se considera improcedente si el Juzgado de lo Social determina que los motivos alegados por el empleador no son suficientemente justificados.

En estos casos, el empleador deberá readmitir al trabajador en su puesto de trabajo o abonarle una indemnización por despido improcedente, que consiste en 33 días de salario por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades. Además, deberá abonar al trabajador los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido hasta la notificación de la sentencia en la que se declare la improcedencia del mismo.

Conclusiones

En resumen, un despido por causas objetivas es una forma de terminación del contrato de trabajo en la que el empleador resuelve la relación laboral con el empleado por motivos relacionados con la actividad empresarial, como la falta de adaptación del trabajador a las modificaciones técnicas, económicas, organizativas o de producción. Este tipo de despido se rige por un procedimiento legal específico y tiene consecuencias tanto para el empleador como para el trabajador. En caso de que el despido se considere improcedente, el empleador deberá readmitir al trabajador o abonarle una indemnización por despido improcedente.

Bibliografía:

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